Cuatro razones por las cuales la “relevancia” puede limitar el compromiso del estudiante

English:  4 Reasons Why “Relevance” Can Limit Student Engagement

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Relevancia Educacional

Si nosotros tuviéramos la capacidad de examinar el cerebro de educadores veríamos esta noción rodar regularmente por células en el lóbulo frontal. La búsqueda de la importancia nos permite interesar a nuestros estudiantes. Nos permite obligarlos a estudiar algo nuevo o, al menos, algo que consideramos importante que sepan. Si paráramos esta mirada al cerebro y, en cambio, escucháramos un típico seminario de educación de profesores sobre currículum y planificación nosotros también encontraríamos este término. Ésta es la lamentable manera que tiene el profesor para ayudar a conectar a los estudiantes con ciertos asuntos. De cara a esta tarea, buscar la importancia parece ser algo lógico. Unir a los estudiantes con algo – “pescándolos” como los profesores tan a menudo lo llaman – asumimos que con mayor probabilidad seremos capaces de enseñarles y que ellos, en turnos, estarán más dispuestos a aprender.

Algunas herejías educacionales.

Quiero intentar convencerlos de que la relevancia no es útil como concepto para aprender, como creemos que es.

Buscar la relevancia y luego combinarla con los tipos de objetivos bases de aproximación a la enseñanza, que corren rampantes en nuestras escuelas es, en realidad, una receta para el para el desastre educativo o, al menos, para el aburrimiento. Déjenme presentar cuatro problemas relacionados con la relevancia y luego sugerir cuatro motivos por los cuales los profesores deberían buscar, en cambio, el significado emocional.

Cuatro problemas en buscar la relevancia

Existen al menos cuatro problemas en la búsqueda de la relevancia como método para “enganchar” al estudiante en el aprendizaje.

  1. La relevancia a menudo excluye lo extraordinario y único.

Buscar la importancia de un tema y conectarlo con ls experiencias vividas por los estudiantes nos lleva a la muy difundida creencia que debemos comenzar con aquello que el estudiante conoce para así engancharlo con el aprendizaje. Apostaría a que muchos estudiantes de hecho ya están cansados de lo que ellos saben, de sus experiencias diarias y es gustaría más bien encontrar e imaginar otras posibilidades. En resumen, la importancia no nos permite para empezar con lo que los estudiantes pueden imaginar como ser posibles. No hacemos caso de sus vidas imaginativas y de las maneras sofisticadas con que ellos dan sentido al mundo.

  1. La relevancia es a menudo definida en términos utilitarios.

Entonces, por ejemplo, alentamos a los estudiantes a aprender sobre algo porque les va a servir para ciertos propósitos sociales; les permitirá ser parte de la fuerza de trabajo (argumento para “conseguir trabajo”), ser un responsable y activo ciudadano (argumento: “los canadienses deben saber algo sobre la historia de Canadá”) o interactuar de manera apropiada con sus pares (argumento: “aprende estas habilidades y serás un mejor comunicador / amigo / lector / escritor”). No es que estas razones no sean importantes. EL problema es que el significado utilitario de un tema no es necesariamente algo que comprometa a los estudiantes a un nivel emocional. De hecho, algunas de las razones basadas en el futuro que asociamos a la relevancia tienen una importancia inmediata muy menor para los estudiantes.

  1. La relevancia no es siempre fácil de encontrar en algunos temas.

Consideremos, por ejemplo, conceptos de matemáticas o conocimientos de historia. ¿Cómo extraer la importancia de temas abstractos sin, de algún modo, comprometer la complejidad del asunto? (p.ej. Álgebra) ¿Cómo enseñar asuntos históricos como Civilizaciones Antiguas cuando la importancia es la guía? Seguramente uno podría identificar de qué manera el Álgebra incide en la vida diaria de los estudiantes o podríamos remontar la influencia de ciertos rasgos del Imperio Romano a través deñ gobierno que tenemos hoy. El problema es que ambas ideas diluyen algo del ingenio del concepto matemático y la viveza de la era histórica. El desafío para los profesores es motivar a los estudiantes de un modo significativo y memorable manteniendo, tanto como es posible, la maravilla inherente al tema mismo.

  1. Buscar la relevancia conecta con la creencia que un buen profesor debe “enganchar” a sus estudiantes.

La idea de conectar a los estudiantes con un tema no es el problema, de hecho es una necesidad. El problema es cómo “enganchamos” al estudiante – más allá de la imagen obvia de algún pobre estudiante colgando de una línea como un pez fuera del agua, quizás menos espantoso es la de un niño con un grueso bastón alrededor de su cuello – es la creencia de que esto es un requerimiento inicial para el aprendizaje. Primero “engancho” al estudiante y luego comienzo la lección.

Este tipo de pensamiento falla en reconocer que todo aprendizaje requiere de un enganche emocional e imaginativo. Definimos “enganche” cuando sentimos alguna conexión emocional en respuesta a un asunto y, a menudo, nuestra capacidad de imaginar posibilidades como el corazón del aprendizaje. Más que un anzuelo, buscamos crear experiencias de aprendizaje que comprometan las emociones de los estudiantes y la imaginación de una manera más profunda y duradera.

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Cuatro beneficios de encontrar el significado emocional

  1. El significado emocional es la avenida de la imaginación.

La enseñanza puede ahora comenzar con qué pueden imaginar los estudiantes, en oposición a lo que ellos ya saben.

  1. El significado emocional es universal.

El significado emocional de un tema refleja algo que todos los estudiantes pueden compartir inmediatamente con un tema y con otra persona en la sala de clases; todos los temas pueden ser pensados de manera que saquen afuera una dimensión emocional. Dejar a los estudiantes sentir algo sobre el tema sobre el cual están aprendiendo es, de alguna manera, la más grande conexión que podemos esperar. Todos los temas pueden ser pensados para todos los estudiantes si empleamos las herramientas para acceder a nuestras emociones.

  1. El significado emocional le permite a todos los temas del currículum convertirse en historias en oposición al cuerpo inerte del conocimiento.

Buscar el significado emocional significa ser como el reportero que debe encontrar “la historia” sobre algo que está pasando en la comunidad, no significa que creemos una ficción cuando enseñamos un contenido, pero sí preguntarnos cuál es la historia. Contestando esta pregunta sobre cualquier tema del currículum – conceptos matemáticos, eventos históricos, principios científicos – creamos una conexión emocional a través de la cual los estudiantes pueden compartir, con el tema y con las personas involucradas, una emoción humana común. Así terminan sus lecciones o unidades sintiendo algo por lo cual están aprendiendo.

  1. Significado emocional como base de la enseñanza que nos permita dejar los “anzuelos” lejos.

Cuando los educadores planifican sus unidades con las emociones y la imaginación de sus alumnos en mente, ellos dejan atrás los “anzuelos”, no más peces pendiendo de un hilo. En cambio, la enseñanza es enmarcada en un contexto emocional desde el comienzo. Los estudiantes aprenden sobre sus temas de manera que pueden emplear rasgos de sus imaginaciones que ya usan para experimentar el mundo que los rodea. Entonces, los profesores de niños más pequeños pueden dar forma a sus temas como cuentos que evoquen los opuestos binarios y que contengan vívidas imágenes que a su vez evoquen palabras, chistes y humo, ritmos y patrones y metáforas. Profesores de estudiantes mayores pueden dar forma a sus temas en historias que revelen qué es lo heroico sobre el conocimiento, sus dimensiones humanas, sus maravillosas y extrañas y salvajes características. Estos son todos ejemplos de herramientas cognitivas o de aprendizaje que los estudiantes usan para dar sentido al mundo que los rodea todos los días y en cualquier lugar.

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Pensamientos finales…

Piensa en un momento sobre alguna experiencia de aprendizaje memorable que tuviste en tu época escolar – quizás alguna actividad que realizaste. ¿Cuál era, qué conocimiento adquiriste a través de esa experiencia? Lo que tendemos a recordar más a menudo sobre nuestras experiencias educativas pasadas son aquellas en las que comprometimos más nuestras emociones y nuestra imaginación. Desafortunadamente, muchas de las cosas que aprendemos en el colegio no son memorables.

Si llevamos esto más lejos nos daremos cuenta que sin comprometer las emociones ni la imaginación de los estudiantes, lo que ustedes como profesores enseñen en sus clases será olvidado. Desde luego, la memoria humana tiene sus límites. Mi punto es que si incluso un profesor logró enseñarte algo para una prueba, durante mucho tiempo, es improbable que puedas recordar aquella información hoy. Puede haber sido “relevante” entonces, pero no memorable.

Vivismo en una época en la que no hay escases de fuentes de información y de tecnologías de acceso al conocimiento. Estas tecnologías podrían ser nuevas y, ciertamente, el alcance para acceder a la información que tienen los estudiantes es colosalmente mayor de lo que fue alguna vez, pero nuestro problema permanece: cómo podemos hacer que el conocimiento que estamos enseñando sea significativo. ¿Qué tan bueno es el conocimiento que hay en Internet si no tenemos una manera de recordarlo? Si queremos resolver este problema – o, al menos, tener una enorme posibilidad de éxito dirigiéndola – necesitamos re-imaginar la idea de relevancia en términos de significancia emocional. Con el significado emocional como nuestro objetivo, daremos forma a los temas que enseñamos de manera que podamos emplear los principales rasgos de la vida emocional e imaginativa de nuestros estudiantes.

 

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